Esta técnica tiene como base el estudio de la histamina, pero no es un test de liberación de histamina, sino un estudio de activación y sensibilización celular donde se miden distintos parámetros como la histamina, adaptado a las características del paciente. Gracias a esta técnica se ha averiguado que muchos alimentos, que no se tomaban en cuenta como posibles alimentos intolerantes, tienen un peso muy grande como por ejemplo el café, el té y las bebidas alcohólicas. Las intolerancias se manifiestan entre 3 y 10 nanogramos ”si la técnica no es capaz de detectar niveles más bajos de histamina, no sirve para diagnosticar la intolerancia alimentaria”, indica D. Francisco Prada.